Ciudad de México.- En medio de ataúdes y coronas fúnebres, Morena y sus aliados concretaron la reforma en materia de telecomunicaciones que obliga a los concesionarios a colaborar con las autoridades en la geolocalización de dispositivos móviles en tiempo real y a entregar la información que les sea requerida, todo sin control judicial.
La minuta que expide la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión fue avalada con con 343 votos a favor de Morena y aliados, 129 en contra de PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, que en la votación en lo general acompañó la modificación, y 0 abstencionesLa nueva ley que fue turnada al Ejecutivo para su publicación, plantea que cualquier concesionario que se niegue a colaborar con la autoridad será sancionado, plantea que la autoridad establecerá los lineamientos que éstos adoptarán para llevar a cabo dicha colaboración y los obliga a almacenar por dos años datos sensibles como llamadas, mensajes, ubicación y patrones de uso de los usuarios, información podrá ser consultada y entregada cuando las autoridades cuando la requieran.Crea la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones que dependerá de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones y contará con facultades para ordenar la suspensión precautoria de las transmisiones que violen las normas previstas en la ley, previo apercibimiento.
La nueva institución contará con 5 comisionados, incluido su presidente, que serán nombrados y podrán ser removidos por el Ejecutivo federal con la ratificación del Senado.Además, en un artículo transitorio, se establece la obligación de la Comisión de emitir los lineamientos para la identificación de líneas de telefonía móvil y la suspensión de líneas que no estén asociadas a un usuario final.Durante el debate hubo de todo. Priistas llevaron hasta el pleno un ataúd con los logos de Morena y del PT, que colocaron frente a la tribuna mientras algunos legisladores hacían una “guardia de honor”. El ataúd permaneció ahí mientras la bancada posicionó en contra.Con carteles que decían “El mercado no se regula desde Palacio” y “Se necesita justicia, no vigilancia”, el coordinador, Rubén Moreira, dijo que la reforma representa la posibilidad de que, sin previa autorización de un juez, un “burócrata convertido en espía”, conozca desde el iris del ojo de un ciudadano hasta dónde se encuentra en cada momento de su vida.Afirmó que las modificaciones no garantizan el resguardo de la información que podría ser hackeada, como ya ocurrió incluso en instituciones como la Sedena.”Pronto veremos al Estado espiar y a los delincuentes, con la información del Estado, extorsionar a la gente. Con esto no se logra la seguridad, la seguridad se logra atrapado a los narcotraficantes”, expresó.La panista María Elena Pérez-Jaén acusó que la reforma representa un retroceso de más de 30 años, porque con ella, el Gobierno podrá requerirle a las empresas telefónicas todo tipo de información sin control judicial y sin establecer límites temporales al tratamiento de los datos.”El Gobierno podría requerirle a las empresas telefónicas todo tipo de información, geolocalización en tiempo real, incluso nuestras llamadas y videollamadas, mensajes en conversaciones privadas como WhatsApp, Instagram, X, Facebook o cualquier plataforma digital, las compras que realizamos en Amazon, Mercado Libre, entre otros datos privados que serán del conocimiento del Gobierno de Cuarta”, explicó.La legisladora sostuvo que México tendrá un “Estado espía” y un “Gobierno policía” que podrá saber la ubicación exacta de los ciudadanos, adónde se dirigen o con quienes se reúnen sin que ellos estén enterados de esa vigilancia.Con carteles con las palabras “Censurado” y “Vigilados”, el también panista Miguel Ángel Monraz, sostuvo que la reforma es una amenaza a los concesionarios, medios de comunicación y periodistas para que se alineen al poder a cambio de no ser sancionados, para ello se crea una Comisión Reguladora de Telecomunicaciones sometida a la Presidencia.”Va a bastar solamente con que la Presidenta gire un oficio al Senado para que retire a cualquiera de los comisionados. Eso es, si la Presidenta se levanta de mal humor, si no le cumplen un capricho los comisionados, los van a correr. ¿Cuál autonomía?”, cuestionó.A pesar de que Movimiento Ciudadano acompañó la reforma, el emecista Hugo Manuel Luna, quien votó en abstención en lo general, propuso que las conferencias mañaneras de la Presidenta y los canales del Gobierno se sujeten a las mismas restricciones que los medios de comunicación, so pretexto del derecho de audiencias.”Los reto a la Cuarta Transformacional que se atrevan a que el mismo racero que le quieren imponer al resto de la libertad de expresión, también se lo pongan a la mañanera, que se acabe esa libertad o ese libertinaje que se ejerce desde la tribuna de la Presidencia de la República, que se paga con impuesto de todos nosotros, esos son espacios de la nación y la comunicación gubernamental desde donde sea debería de ser un promotor del pluralismo, debería de ser un ejemplo de lo que le están pidiendo a los demás”, planteó en una reserva que fue desechada por la mayoría.La morenista Miroslava Shember aseguró que la de telecomunicaciones es una reforma histórica, que marcará un antes y un después en materia de telecomunicaciones.Subrayó que entre los aspectos más relevantes se encuentran la eliminación del padrón de telefonía móvil y, en su lugar, establece la obligación de las personas de identificarse ante el operador al comprar un chip.La también morenista Claudia Leticia Garfias afirmó que la reforma reconfigura todo el sistema de telecomunicaciones y radiodifusión del país como una respuesta a la creciente necesidad de fortalecerlo y de alejarlo de prácticas de corrupción e impunidad, al establecer mecanismos para defender los derechos de las audiencias.En su turno, Eduardo Castillo rechazó que la reforma promueva el espionaje, ya que lo que busca es la seguridad.”Ustedes que acusan el espionaje, no hay tal, no hay que confundirnos, no hay espionaje, es seguridad”, afirmó.