China ha reforzado los controles sobre dos sustancias químicas que pueden utilizarse para fabricar fentanilo, su último paso para abordar un problema que se ha enredado en su disputa comercial más amplia con Estados Unidos.
El gobierno de Trump ha acusado a Pekín de no hacer lo suficiente para frenar el flujo de fentanilo, un potente opioide sintético, hacia Estados Unidos, donde causa la muerte de decenas de miles de estadounidenses cada año. A principios de este año, el gobierno mencionó el problema al imponer aranceles del 20 % a los productos chinos.
Esta semana, seis agencias del gobierno chino dijeron que habían agregado dos productos químicos, 4-piperidona y 1-Boc-4-piperidona, a una lista de los llamados productos químicos precursores, o ingredientes base, para el fentanilo que serían controlados más estrictamente, según una declaración conjunta .
La medida “demuestra la sinceridad de China al querer trabajar con Estados Unidos en este tema”, dijo Yun Sun, director del programa de China en el Centro Stimson, un instituto de investigación de Washington.
Las nuevas restricciones, que entrarán en vigor el 20 de julio, fueron anunciadas días después de que el ministro de seguridad pública de China, Wang Xiaohong, se reuniera con David Perdue, el recientemente nombrado embajador de Estados Unidos en China, en Beijing la semana pasada para discutir los esfuerzos para combatir el narcotráfico .
Estados Unidos ha acusado a los productores chinos de suministrar a los cárteles de la droga los ingredientes para fabricar fentanilo, que los cárteles introducen de contrabando a Estados Unidos.
China ha mantenido, sin embargo, que no es responsable de la crisis del fentanilo en Estados Unidos, que según dice tiene su origen en el abuso de analgésicos recetados y en una regulación ineficaz en ese país.
“Hemos dejado claro en repetidas ocasiones que el fentanilo es un problema de Estados Unidos, no de China”, declaró el martes Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino. “Es responsabilidad de Estados Unidos resolver el problema”.
Los aranceles impuestos por la administración Trump al fentanilo siguen vigentes, a pesar de que los gravámenes generales sobre los productos chinos bajaron del 145 por ciento o más al 55 por ciento en mayo, después de que los dos países acordaron una tregua en su guerra comercial.
Las restricciones chinas a sus exportaciones de minerales cruciales amenazaron recientemente con descarrilar dicha distensión, pero el presidente Trump y el máximo líder de China, Xi Jinping, acordaron reanudar las negociaciones comerciales durante una llamada este mes. Ambos líderes también abordaron la posibilidad de reunirse en China.
Wu Xinbo, decano del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Fudan en Shanghai, dijo que a China le gustaría recibir a Trump, pero que eso dependía del progreso logrado en las disputas comerciales y en cuestiones como el fentanilo.
Otra opción, según el Sr. Wu, podría ser que ambos líderes se reunieran en el marco de la cumbre anual de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Seúl, que comienza a finales de octubre. El Sr. Xi suele asistir a la cumbre, al igual que los presidentes estadounidenses, pero ninguno de los dos líderes ha confirmado su participación en esta.
