CDMX.- Meghan, Duquesa de Sussex, ya anticipa la reacción del público en contra de su pudín de plátano.
“Sé que algunos se molestarán porque quité las obleas”, dijo, aplastando las obleas Nilla con un rodillo en lugar de cubrirlas con pudín de vainilla y plátano en rodajas. “Pero me gustan desmenuzadas por encima”.El mes pasado, en su serie de Netflix, Con Amor, Meghan, la Duquesa ofreció un primer vistazo a la nueva versión de su vida. Ella y el Príncipe Enrique huyeron de Gran Bretaña y sus incesantes críticas en 2020 para establecerse como familia en California. Pero la serie ha devuelto parte de esa oscuridad a su puerta.Al igual que Gwyneth Paltrow, Chrissy Teigen y otras celebridades que tienen marcas de cocina y estilo de vida, Meghan no tiene formación culinaria profesional. En una visita a su casa, demostró que es una apasionada cocinera que domina la vinagreta, es rápida con el rallador de limón y hábil con el cuchillo.
A sus 43 años, con un entusiasmo desbordante y la energía propia de Charlotte York de Sex and the City, aún está definiendo su identidad pública mientras la presenta al público. A algunos, su decisión podría parecerles emprendedora, entrañable o narcisista, pero no se puede decir que no sea un gran cambio.Hace unos días, comenzaron las ventas de As Ever, la línea de productos alimenticios de Meghan. Se agotaron en una hora, según un portavoz.La semana pasada, Meghan anunció que presentaría una nueva serie de podcast y creó un canal ShopMy donde sus fans pueden comprar la ropa y los productos con que la ven en pantalla, desde la cabeza hasta los pies.Con Amor, Meghan la presenta en una serie de escenas idílicas (rodadas en una casa cercana usada como estudio), cocinando, haciendo manualidades y organizando fiestas de té. Pero quien pensara que sus palomitas de maíz con trufa y los arcos de globos no generarían controversia, se equivocaba.Cuando se estrenó el programa, los millones de personas que la han criticado como miembro de la familia real británica tuvieron la libertad de juzgarla como esposa, madre, cocinera, decoradora y anfitriona. Muchos la llamaron empalagosa, falsa y poco inspiradora.La compararon con Hannah Neeleman de Ballerina Farm y otras influencers que se subieron a la ola de las esposas tradicionales, quienes glorifican las antiguas “tareas de mujeres”, a las que muchas no desean volver.Los mejores episodios presentan a Meghan como una alumna respetuosa de chefs como Alice Waters y Roy Choi. En otros, es la maestra, mostrando recetas como ensalada de pasta y consejos divertidos a una serie de amigas. Esos episodios fueron los más ridiculizados.Algunas críticas fueron directas: las publicaciones en redes se centraron en sus ollas Le Creuset, alegando que eran demasiado caras para que muchas mujeres negras pudieran permitírselas y más ostentosas que las ollas tradicionales de hierro fundido.¿Por qué alguien que ha soportado por años años lo peor de la atención pública se volvería a poner bajo la lupa?Una razón es el dinero. El acuerdo de producción que Meghan y Enrique firmaron con Netflix en 2020 termina este año, y la mayoría de sus otros proyectos recientes (documentales sobre polo y los juegos Invictus) fracasaron. Pero Netflix apuesta por ella: la serie ya rodó una segunda temporada y la compañía invierte en su marca As Ever.A pesar de las críticas, en el último mes millones de fans la han seguido. Según Netflix, la serie se ubicó entre las 10 mejores en 24 países tras su estreno. Mucha de la ropa en la página de Meghan ShopMy se agotó en cuestión de horas o días. Desde el 1 de enero, cuando abrió una nueva cuenta de Instagram, ha conseguido 2.7 millones de seguidores.La otra razón es personal. “Necesito trabajar y me encanta trabajar”, dijo, señalando que, hasta que conoció a Enrique, no había estado desempleada desde los 13 años. Con dos hijos pequeños que criar, comentó: “Esta es una forma de conectar mi vida familiar con mi trabajo”. El Príncipe Archie tiene 5 años y la Princesa Lilibet 3; son sexto y séptimo en la sucesión al trono.Espera lograrlo sin alimentar la llama de los titulares sensacionalistas y los chismes de internet. Los miembros de su equipo revisan las secciones de comentarios y las redes para que ella no tenga que hacerlo. Cuando se le contó sobre la controversia de Le Creuset, se quedó desconcertada. “¿Esto es algo importante en 2025?”, dijo.Meghan es optimista, encantadora y siempre está al día. Pero claramente le molestan las acusaciones de que es inconexa y desconectada de la realidad. Puede que esté viviendo un cuento de hadas, pero no hace mucho, era una actriz no muy famosa en una serie de televisión medianamente popular. Estaba divorciada, rondaba los 35 años y no sabía dónde estaría su próximo trabajo ni su nuevo hogar.”¿No saben que mi vida no siempre ha sido así?”, dijo, señalando las vistas panorámicas y los perros durmiendo.
Siempre aprendizA diferencia de la elegante cocina blanca de Con Amor, Meghan, la cocina de Meghan cuenta con una isla de madera desgastada (además de una de mármol), una estufa muy usada y detalles clásicos de azulejos azules y blancos.Hay una despensa antigua con armarios para vasos y juegos de té, y una moderna repleta de ingredientes y aperitivos cuidadosamente organizados. Los estantes albergan libros de cocina. Y justo afuera de la puerta, una foto enmarcada de Enrique de niño con su madre, la Princesa Diana, ocupa un lugar destacado.Meghan admite rápidamente que tiene mucho que aprender. La casa está equipada con dos hornos de pizza que están prácticamente inactivos, y dijo que su primer intento de hacer pan de masa madre fue tan aburrido y traumático que la llevó de vuelta a las panaderías.”Hay profesionales que lo hacen mejor que yo”, dijo.Cuando cenan solos ella y los niños, dijo, a menudo recurre a nuggets de pollo, hamburguesas vegetarianas y papas fritas.