La amenaza que plantea un asteroide descubierto recientemente ha aumentado ligeramente en las últimas semanas, mientras los telescopios en todo el mundo se apresuran a rastrear su trayectoria. Sin embargo, la posibilidad de un impacto sigue siendo bastante baja.
Nuevos cálculos dejan entrever que existe una probabilidad del 2% de que la roca espacial 2024 YR4 choque contra la Tierra en 2032. Esto también significa que hay un 98% de probabilidades de que no lo haga.
Las probabilidades de un impacto sin duda fluctuarán a medida que se tenga un mejor entendimiento de su trayectoria alrededor del sol, y los astrónomos afirmaron que hay una buena posibilidad de que el riesgo probablemente disminuya a cero.
La NASA y el Telescopio Espacial Webb de la Agencia Espacial Europea (ESA por sus iniciales en inglés) observarán este asteroide en marzo antes de que el objeto desaparezca de la vista. Una vez que eso suceda, los científicos tendrán que esperar hasta 2028, cuando se acerque nuevamente.
¿Qué es un asteroide?
Los asteroides son rocas espaciales que orbitan alrededor del sol y son mucho más pequeñas que los planetas. Los científicos creen que son los restos de la formación del sistema solar hace 4.600 millones de años.
Hay tantos asteroides —millones de ellos— que orbitan entre Marte y Júpiter, que esta región se conoce como el cinturón de asteroides. En ocasiones salen del cinturón y pueden terminar en cualquier lugar del espacio, como sucedió con este.
¿Cómo rastrean los científicos los asteroides potencialmente peligrosos?
Un telescopio en Chile descubrió el asteroide 2024 YR4 en diciembre pasado. Se calcula que tiene entre 40 y 90 metros de ancho (130 a 300 pies). Las observaciones del telescopio Webb deberán proporcionar una medición más precisa, según la NASA.
La NASA y la Agencia Espacial Europea calcularon en un principio que las probabilidades de un impacto eran apenas superiores al 1%. Para el jueves, las probabilidades aumentaron a aproximadamente el 2%. Según la NASA, esto sigue siendo “extremadamente bajo”.
Hasta que los científicos tengan una mejor comprensión de la trayectoria del asteroide alrededor del sol, advierten que las probabilidades seguirán fluctuando —y posiblemente caerán a cero.