Israel no acostumbra a adjudicarse la autoría de sus crímenes en el extranjero, pero, dada la espectacularidad de las dos olas de explosiones en aparatos electrónicos personales en Líbano, ocurridos el martes y este miércoles, las autoridades del Estado judío sugirieron la autoría de uno de los mayores golpes de Estado judío contra Hezbolá, con al menos veinte muertos y miles de heridos, y advirtieron que lo peor está por llegar.
En sus primeras declaraciones desde el comienzo de la oleada de explosiones en bípers y walkie-talkies de libaneses, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, recordó que el domingo ya aviso al enviado de EU a Oriente Medio de la inminente operación para que regresen a sus hogares los más de 60 mil israelíes que tuvieron que ser evacuados hace casi un año, tras el lanzamiento diario de cohetes de Hezbolá desde el sur de Líbano.
“Ya he dicho que devolveremos a los residentes del norte (de Israel) a salvo a sus hogares, y eso es exactamente lo que haremos”, dijo Netanyahu en un breve mensaje de video.
Simultáneamente, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo en una visita a las tropas de la fuerza aérea que el país se dirige a una “nueva fase” de la guerra, con el despliegue de más fuerzas y recursos en la frontera con Líbano, luego de que hace una semanas anunciara que Hamás dejó de existir como fuerza militar en Gaza y que la guerra entraba en la cacería de terroristas en huída en la Franja.