Varios partidos políticos y asociaciones italianas pidieron este domingo la intervención del Gobierno liderado por Giorgia Meloni para disolver los grupos neofascistas, denunciando un clima de “impunidad” en el país. La solicitud se produjo después de que militantes de extrema derecha golpearan a un periodista del diario “La Stampa” en Turín.
El ataque a Andrea Joly, llevado a cabo por miembros del grupo neofascista Casa Pound, provocó una ola de solidaridad y llamados para ilegalizar estos grupos de extrema derecha.
El incidente generó preocupación en el ámbito político. La líder de la oposición, Elly Schlein, expresó su inquietud por la impunidad de estos actos y solicitó la disolución de las organizaciones neofascistas, citando la Constitución.
La secretaria del Partido Demócrata (PD) también hizo un llamado a la presidenta del Gobierno, Giorgia Meloni, y al ministro del Interior, Matteo Piantedosi, para que actúen de inmediato.
La Asociación Nacional de los Partisanos de Italia (ANPI) se sumó a la exigencia, pidiendo el cierre inmediato del centro neofascista de Turín y la sede operativa de Casa Pound en Roma. Gianfranco Pagliaurlo, presidente de la ANPI, calificó de “desconcertante” la inercia del ministro Piantedosi frente a estos grupos.
El Movimiento 5 Estrellas (M5S) también condenó la agresión, considerándola un incidente grave y señalando que no es un caso aislado. El ex primer ministro Giuseppe Conte, líder del M5S, pidió medidas urgentes para poner fin a los rebrotes de violencia y arrogancia por parte de estos grupos.
Por su parte, el portavoz nacional de Alianza Verde Izquierda, Angelo Bonelli, exigió al ministro Piantedosi que intervenga inmediatamente para disolver las organizaciones neofascistas, las cuales calificó como una amenaza real para la seguridad y la democracia en Italia.