Cada 5 de enero por la noche la magia aparece y los niños de México se van a dormir a la espera de levantarse la mañana siguiente, –o muchas veces incluso en la madrugada—y encontrar algún regalo que hayan dejado los tres Reyes Magos.
Es la noche más esperada por millones de niñas y niños en todo el mundo y México no es la excepción, donde la emoción llena sus corazones a la espera de Melchor, Gaspar y Baltazar, los tres Reyes Magos que vienen de Jerusalén y traen consigo regalos para llenar de felicidad los corazones de los niños en nuestro país.
Según relata la historia, Melchor, Gaspar y Baltasar, montados en un camello, un caballo y un elefante, respectivamente, viajaron a Jerusalén para visitar al recién nacido niño Jesús, y llevarle cada uno una ofrenda: oro, incienso y mirra.
La Iglesia católica celebra cada 6 de enero el Día de la Epifanía, aquel en el que los Reyes Magos conocieron al Niño Jesús, y que en México es también conocido como Día de Reyes.
Es por esto que la llegada de estos personajes es festejada durante la noche del día 5 y en la mañana del día 6 de enero.
Como parte de la tradición, las familias cortan y comen en estas fechas una Rosca de Reyes, la cual es un símbolo de este encuentro entre los tres sujetos y el Niño Jesús: la forma ovalada del pan representa el amor a Dios, el cual se considera infinito, mientras que los frutos que lo adornan son las joyas incrustadas en las coronas de los tres Reyes Magos, y el muñeco dentro de este es el Niño Jesús.
Otra costumbre de este Día, es que las niñas y niños dejan un zapato bajo el árbol de Navidad para que los Reyes Magos puedan dejarles regalos.
Esta costumbre tiene distintos orígenes: uno de ellos es que los zapatos se dejan en dicho lugar para servir de guia a los Reyes Magos, quienes sabrán identificar con estos si se trata de un niño o una niña, así como la edad de la persona que lo dejó, según la Sociedad Artística Sinaloense (SAS).